Vinicio Adames crea un conjunto de piezas con dos lenguajes a la vez, por un lado una base minimalista combinando electrónica, sonidos de instrumentos venezolanos y orquestales procesados que crean una ambientación sonora envolvente, y por el otro melodías, cantadas por Amaru Tronchoni, con pequeños trazos regionales sin perder su globalidad que flotan y se entrelazan con la primera. Tecnología y tradición, lo urbano y lo rural, la modernidad y el folclore.

Fotogramas que se convierten en pequeños relatos de momentos vividos en el llano venezolano durante años contados desde la óptica del recuerdo de un niño; olores, sabores, sensaciones,  juegos, naturaleza, que quedaron para siempre en el subconsciente complementando a dar forma a una identidad. 

Ernesto León, artista plástico de amplia y reconocida trayectoria es invitado al proyecto donde además de crear una serie limitada de exquisitas “cajas de CD virtuales” aporta una selección de obras con las que se crearon cuadros en movimiento, loops que generan paisajes mentales abstractos.

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